Los 3 principios fundamentales de la ecología interior
¿Qué es la ecología interior? ¿Cómo integrarla en nuestra vida personal y en nuestros hogares?
Escuchamos hablar mucho sobre ecología y sostenibilidad, sobre todo por la emergencia climática pero, en realidad, se ha perdido un poco el verdadero significado de este concepto. Por lo que cuando oímos hablar sobre ecología interior, rápidamente podemos caer en el error de hacernos una idea equivocada. Seamos claros, la ecología interior no tiene nada que ver con un interior ecológico. Volvamos pues, a la definición de la palabra ecología: «ciencia que tiene por objeto las relaciones de los seres vivos (animales, plantas, microorganismos) con su medio ambiente, así como con otros seres vivos«. Por lo tanto, la ecología interior se ocupa de nuestra relación con nosotros mismos y con nuestro entorno, donde podamos sentirnos bien y encontrar confort y armonía para lograr así un etado óptimo de bienestar.
Seguramente lo habrás escuchado con anterioridad: el estado de nuestro hogar refleja nuestro estado interior. Un hogar caótico, desordenado e incoherente muchas veces refleja un desequilibrio en nuestro propio interior. Para recuperar el equilibrio perdido y nuestro bienestar general, será necesario poner en marcha una serie de prácticas. Y aquí es donde entra en juego el famoso Método KonMarie.
¿Qué es el Método KonMarie y cómo aplicarlo en nuestro interior para sentirnos bien tanto en casa como mentalmente? Hace algunos años la japonesa Marie Kondo aterrizaba en nuestras vidas con un revolucionario método de almacenamiento.
La ecología interior, por tanto, retoma los principios fundamentales del Método KonMari pero también va más allá. Y es que hablamos de una verdadera filosofía vida. Se trata pues de ayudarnos a cambiar nuestra relación con los objetos que nos rodean para que nuestra mente y nuestro cuerpo recuperen la serenidad. Volvemos al concepto del esencialismo, el minimalismo, del menos es más, de anteponer la calidad a la cantidad, de deshacerse de lo inútil… Evidentemente, todos somos diferentes, así que será cuestión de encontrar el equilibrio, el momento en el que realmente nos sintamos bien. Entonces, ¿sobre qué aspectos debemos actuar? A continuación, te mostramos cómo aplicar la ecología interior en tu vida.
«Si la vida te da limones, haz limonada.»
Dale Carnegie
Obstáculos visuales:
Como ya habrás supuesto, los obstáculos visuales son aquellas cosas que vemos y que, al contrario de agradarnos o producirnos alegría o sentimientos positivos, su efecto sobre nosotros es totalmente negativo. Cuando esto ocurre, rápidamente nos invade una sensación de incomodidad o asfixia en nuestro propio hogar.
La solución:
Retira el exceso. Y para esto debemos ir objeto por objeto y hacernos las siguientes preguntas: ¿lo he utilizado recientemente?, ¿me produce algún sentimiento positivo al verlo? Si las respuestas son afirmativas, podemos mantenerlo. Si, por el contrario, las respuestas son negativas, entonces tenemos varias opciones para deshacernos de dicho objeto: donar, tirar, reciclar. Una vez hecha la clasificación, debemos mantener el hábito de ordenar: cuando uso un objeto, lo vuelvo a colocar en su lugar. Cuando llego a casa, guardo mis zapatos, mi bolso, ordeno el correo, etc. También se trata de cambiar nuestro enfoque a la hora de comprar: ¿es algo esencial?, ¿lo necesito en mi vida?, ¿me produce sensaciones positivas y se adapta a mi nueva filosofía de vida? Hacerte este tipo de preguntas es fundamental para saber lo que quieres y hacia dónde vas.
Obstáculos mentales:
Este punto trata sobre la carga mental a la que nos vemos sometidas a diario. Es esa voz interior que nos dice: «hoy debes hacer esto y aquello», «no debes olvidar esto…». Una lista interminable de tareas que, a veces, nos produce un gran estrés. El peso de esta carga mental nos limita y conduce a pensamientos negativos. Pero debemos saber que nuestro interior tiene la capacidad de aliviar estas molestias mentales.
La solución:
Es el momento de simplificar nuestra vida. Nos quedamos solo con esos objetos y la ropa que nos resulten más prácticos. Si cada objeto tiene su lugar, nuestra mente será capaz de ordenar fácilemente nuestros pensamientos. Al vivir una vida más simple o minimalista, de alguna manera, también nos deshacemos de mucha presión ya que, cuántas menos cosas tenemos, menos invertimos en mantenerlas. Como extra, también podemos hacer una Did List. Es decir, una lista de cosas que hemos realizado durante el día para tomar conciencia así de todo lo que hemos logrado.
Obstáculos ambientales:
En el mundo de la moda se le conoce como Fast Fashion, en el mundo de la alimentación es el Fast Food y en cuanto a decoración, hablamos de Fast Deco o Fast Design. Atraídos por precios mini, compramos cosas que no necesitamos de algunas marcas que tienen un impacto ambiental catastrófico.
La solución:
Lo ideal es reducir significativamente el consumo de este tipo de objetos y sustituirlos por otros más ecológicos y sostenibles. También puedes reciclar algunos objetos que tienes por casa, ¡Es increíble la cantidad de cosas que podemos hacer con ellos! Hacernos con objetos de segunda mano tamibén es una muy buena opción. Podemos encontrar auténticas maravillas en los mercadillos. Porcuramos comprar siempre en establecimientos locales, ¡siempre hay un pequeño artesano por ahí! De este modo, creamos una relación mucho más sana y perdurable en el tiempo con nuestros muebles y nuestros objetos deco.
Un pequeño Plus: VENTILA
¡Es imprescindible que tu hogar respire! Debes saber que todo lo que nos rodea contamina nuestro aire, nuestro ambiente: los productos de limpieza, la humedad, los olores, los muebles… En definitiva, para ventilar como es debido ¡debes procurar que tu casa respire! Abre las ventanas entre 10 y 15 minutos todos los días (tanto en verano como en invierno) para renovar así el aire. Lo ideal es hacerlo o por las mañanas, entre las 8.00 y las 11.00 o por las tardes, a partir de las 22.00 para evitar que entre en casa contaminación externa.
Descubre algunos tips de reciclage en nuestro post «5 Ideas para reciclar antes de tirar».
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