¿Cómo desarrollar una mentalidad positiva y cuáles son sus beneficios?

Cuando formulas tus pensamientos de manera que tienden a ser negativos, como por ejemplo: «¡Vaya! vuelve a llover, va a ser un día horrible » te sugiero que sustituyas este pensamiento por «Genial, está lloviendo, será bueno para nuestro planeta ;)». O si te encuentras en un atasco «¡No puede ser, voy a llegar tarde al trabajo!» Te sugiero que sustituyas este pensamiento por «no tengo control sobre esta situación, voy a aprovechar para escuchar un podcast inspirador o un audiolibro. 

Estos son solo algunos ejemplos, pero realmente puedes hacer este ejercicio a diario. Tus pensamientos negativos te están haciendo un flaco favor y solo están despertando en ti emociones negativas y desagradables. Cambiar tu diálogo interno te permitirá convertirte en una persona positiva.

Porque, recordemos, son las circunstancias externas las que te provocan pensamientos, las que generan emociones y las que te llevan a actuar.

Habrás comprendido que tienes el poder de crear una dinámica más positiva en tu vida.

Para controlar tus pensamientos, debes aprender a ser consciente de ellos. Sé consciente de tus pensamientos.

Para ayudarte a detectar tus pensamientos, solo tienes que empezar por tus emociones. 

Por ejemplo, te sientes enfadado o triste. Pregúntate qué pensamiento te conduce a sentir esa emoción. Esto te permitirá determinar el «desencadenante». Una emoción siempre va precedida de un pensamiento.

Adoptar un estado de ánimo positivo es también aprender a ser optimista.

De hecho, Freud veía el optimismo como la regla general para la vida. Para él, sin optimismo no se pueden afrontar los acontecimientos de la vida. 

¿Por qué debemos ser positivos? El optimismo es un superpoder. Entre otras cosas, reduce el estrés y refuerza el sistema inmunitario.

Para ser un optimista de larga duración, hay que aprender a cultivar el amor, el desprendimiento y la gratitud.

En cuanto a la gratitud, puedes consultar mi artículo «Por qué es tan importante cultivar la gratitud a diario”.

Cultivar el amor es esencial. El amor por uno mismo en primer lugar y el amor por los demás. 

Si no te amas a ti mismo, no podrás amar a los demás ni a la vida como es debido. Y viceversa, si no amas a los demás, no te amarás a ti mismo. Lo creas o no, todos estamos conectados, de ahí la frase «juzgar a los demás es juzgarse a uno mismo». 

Lo mismo ocurre con tu cuerpo. 

Tu cuerpo y tu mente trabajan juntos. De la mano. 

Tu cuerpo, más allá de tu cuerpo físico, es una máquina increíble que te permite hacer cosas extraordinarias. Trata de ser amable contigo mismo y cuida tu cuerpo y tu mente.

Dejarse llevar también es parte del arte de vivir.

Date cuenta de que no puedes controlar todo. A veces solo tienes que aceptar la situación, aceptar que no tienes el control. 

Entonces, ¿cómo se aprende a dejarse llevar? Te sugiero un ejercicio sencillo. Puedes anotar en una hoja de papel:

• Cosas que no puedes controlar (el tiempo, el pasado, las decisiones de otras personas, etc.)
• Cosas que puedes controlar (lo que dices, lo que decides, las decisiones de quienes te rodean, lo que aprendes de tus errores, etc.)

Dejarte llevar te permite conservar tu energía y dejar de contaminar tu mente. 

Para concluir, el ser humano está compuesto, en su mayor parte, de energía. 

Somos energías vibratorias. Si vibras positivamente, atraerás energía positiva.