Los órganos y las emociones: patologías psicosomáticas
El papel de las emociones en nuestro equilibrio energético
¿Y si nuestros problemas hablan mucho sobre nosotros? ¿Y si detrás de un simple ardor de estómago se esconde una dificultad para digerir lo que nos ocurre en la vida? Eso es lo que nos enseña la patología psicosomática, y yo tuve la oportunidad de formarme con Michel Odoul, autor de Dime dónde te duele, y te diré por qué.
La patología psicosomática es un enfoque que utilizo sistemáticamente en mi consulta de naturopatía para ayudar a mis pacientes a aliviar sus problemas digestivos (no únicamente) y me gustaría compartirlo contigo en este artículo.
La importancia de la circulación energética en la medicina china
Según la medicina china, cualquier patología es, en última instancia, la manifestación de un desequilibrio energético (del Qi). Algunos ejemplos de trastornos digestivos están causadas por un desequilibrio energético entre distintos órganos: estómago, intestinos, bazo, riñones e hígado, entre otros.
De hecho, el estómago es nuestro «tazón alimentario» cuya función es descomponer el «ardor». Hablamos del fuego digestivo. Es el primer elemento del sistema digestivo. Sin embargo, para cumplir su misión, el estómago necesita calor y ahí es donde entra el bazo: es el encargado de impulsar la energía (y, por tanto, calentar) al estómago para que pueda quemar el bolo alimenticio. Sin esta energía, el fuego digestivo no se produce y el estómago no puede cumplir su función.
Pero en el sistema digestivo también intervienen otros órganos. En concreto:
– Los riñones, que aportan energía al sistema digestivo
– Los pulmones, que aportan aire (sin el cual no puede realizarse la digestión)
– El hígado, que contribuye a todo el sistema digestivo
De esta forma, la digestión es un trabajo en equipo entre nuestros órganos, gracias a la energía que circula entre ellos. Cuando hay un desequilibrio en estas transmisiones de energía, la patología, en este caso digestiva, aparece.
Las causas del desequilibrio energético, ¿qué emoción corresponde a cada órgano?
Las emociones afectan a nuestros órganos y viceversa. La fisiología y la psicología son, pues, una misma entidad. Es decir, tratar una patología no significa simplemente tratar el aspecto físico de la enfermedad, hay que tener en cuenta las emociones causantes. Según la medicina china, existen 5 emociones fundamentales:
- La ira, asociada al hígado y la vesícula biliar
- La alegría, asociada al corazón y al intestino delgado
- La tristeza, asociada a los pulmones y el intestino grueso
- El miedo, asociado a los riñones y la vejiga
- La preocupación, asociada al bazo, el páncreas y el estómago
Si uno de estos órganos falla, influirá en nuestro estado emocional. Por el contrario, si se reprime una emoción, es decir, si impedimos su expresión o si una emoción persiste en el tiempo, acabará por desequilibrar al órgano asociado y provocar una patología física. Si esta patología se debe a una represión de la emoción, entonces estamos hablando de somatización. Por lo tanto, la enfermedad expone a la luz aspectos de los que no queremos ser conscientes.
Las 3 etapas que preceden a la enfermedad
Afortunadamente, hay varias etapas antes de llegar a la fase patológica.
La primera etapa es el estado de tensión física o psicoemocional: experimentamos una tensión que nos indica que la dirección que estamos tomando no es la más conveniente (por ejemplo, dolor de espalda tras una jornada intensa de trabajo). Si prestamos atención a estas tensiones, desaparecerán porque pondremos en marcha los comportamientos más oportunos (por ejemplo, el descanso).
La segunda etapa es el traumatismo corporal. Cuando ignoramos nuestras tensiones, el cuerpo sufre un trauma, por ejemplo, una lesión deportiva, puede provocar un cambio directo (por ejemplo, dejar de hacer deporte) destinado a hacer una pausa en el modo de vida de la persona para animarla a recuperarse.
La tercera y última etapa es la enfermedad orgánica o psicoemocional: cuando hemos ignorado tensiones y traumas, el cuerpo entra en modo «fuera de servicio» para obligarnos a parar. Es el caso del agotamiento, por ejemplo.
¿Cómo evitar la patología?
Para evitar la patología, cada experiencia debe ser integrada, sentida, comprendida, elegida, así como aceptada. Si falta uno de estos elementos, ahí estará la patología para darnos un toque de atención.
En conclusión, es importante convivir con las emociones y aceptarlas. Están ahí para transmitir un mensaje. No son peligrosas, pero ignorarlas, reprimirlas o sentirlas durante un periodo de tiempo muy largo puede hacer que el órgano asociado caiga enfermo.
Ahora que conoces mejor la sensación psicoenergética, descubre más sobre la conexión cuerpo-mente, ¡lee este artículo!
¡Saludos a todos los lectores de Potoroze! Soy Anne-Sophie, puedes encontrarme en Instagram como @naturoriz
Recuerda revisar tu bandeja de Spam y asegúrate de que recibes las novedades Potoroze más top. No olvides añadir nuestro correo a tus direcciones favoritas.