
Big News: ¡Todas tenemos la misma misión de vida!
¿Cuál es mi misión de vida? ¡Vibrar Alto!
Todos nos hemos hecho esta pregunta: ¿Cuál es la misión de mi vida? Vayamos al grano y preparémonos, porque la respuesta puede ser un poco desestabilizante: Todos tenemos la misma misión: ¡vibrar alto y claro!
Vivir en frecuencias vibratorias elevadas desbloquea un estado de cierre y nos abre a una cualidad de estar presente. Esta cualidad de Ser nos hace disponibles para sentir y sentir plenamente nuestra vida aquí, para aprender, transformar y nutrirnos de todas nuestras experiencias. Recuerda: todo es beneficioso, sea cual sea la experiencia, lo que importa es lo que hacemos con ella, lo que aprendemos de ella. Para transformar y transmutar nuestras experiencias, necesitamos combustible, ¿y qué es ese combustible? Es nuestra frecuencia vibratoria, que nos aporta la energía para la transformación.

¡Estar en una frecuencia vibratoria elevada es estar receptivo a tu vida!
La alegría abre nuestros sentidos, nuestros corazones y nuestras mentes, permitiéndonos conectar plenamente con lo que nos rodea. Cuando vibramos en una frecuencia alegre, nos volvemos más atentos a la belleza de los detalles, a los matices de las emociones e incluso a las preciosas lecciones que pueden contener las pruebas de la vida.
Al vibrar alto y claro, podemos prepararnos para un estado interior de aceptación y apertura a las experiencias de la vida. Significa hacer sitio para SER en todas sus dimensiones y en todo momento.
Por el contrario, las emociones bajas, como el estrés, el miedo o la ansiedad, pueden encerrarnos en un estado de supervivencia que nos vela de la realidad y estrecha nuestro campo de percepción y nuestra capacidad de transformación.
Entonces, ¿no sería la verdadera pregunta: cuál es mi herramienta para expresar la alegría que creará la vibración que necesito para abrirme a la sensación y a la percepción de mi ser, en los diferentes niveles de mi vida y en todas las dimensiones de la vida?
En términos más sencillos: ¿qué camino de expresión voy a elegir que me permita vibrar cada día la frecuencia más elevada para mí? No existe más fuerte o más débil, bueno o malo. No se trata de medirte fuera de ti, sino dentro de ti, sin comparaciones, jerarquías ni clasificaciones. Todo procede de mí, de mi propia percepción de mi estado vibratorio.
La búsqueda de la alineación vibratoria para sentir y percibir
La búsqueda del equilibrio vibracional se considera un paso más en nuestra larga lista de tareas pendientes. Pero, ¿y si esta búsqueda no fuera un fin en sí misma, sino una condición esencial de nuestra existencia? ¿Y si estar en alineación vibratoria fuera lo que nos hiciera estar plenamente disponibles para experimentar lo que hemos venido a experimentar: sentir y percibir? Esta reflexión podría transformar nuestra forma de abordar la vida, reenfocándonos en el estado de ser en lugar de en hacer o tener que hacer.
Nuestra herramienta interna, que podemos interpretar como nuestra capacidad de generar alegría y amor y de elevar nuestras vibraciones, es un proceso vivo y evolutivo. Está moldeada por nuestras experiencias, nuestro aprendizaje y nuestro desarrollo personal. Es un viaje continuo, en el que cada momento ofrece la oportunidad de perfeccionar esta herramienta y vibrar más alto. Por tanto, la forma en que expresamos nuestra misión vital puede evolucionar a lo largo de nuestra vida.
Permitirnos seguir nuestra alegría en los momentos clave de la vida nos permite tomar las decisiones correctas para nosotros. Podemos identificar los caminos que nos aportan más alegría que otros. ¿Qué herramienta interna voy a utilizar, o qué parte de mí voy a expresar, para hacer vibrar la alegría? Si sigo este camino de expresión, entonces todas las experiencias que voy a tener serán atravesadas y abordadas con esta frecuencia vibratoria elevada y la niebla en mi camino se disipará debido a mi frecuencia.


Redefinir la alegría vibratoria
Cuando pensamos en la alegría, a menudo imaginamos momentos de placer intenso o de éxito espectacular. Sin embargo, una frecuencia vibratoria duradera no se encuentra en estos momentos efímeros. Se trata más bien de un estado natural, una alineación profunda con nuestra verdadera esencia, que también puede encontrarse en pequeños momentos: un rayo de sol, el olor del café, una luz, un sonido, un estallido de risa, una sensación o estado que alimente este espacio interior de alegría dentro de nosotros. La alegría es una frecuencia profunda y duradera, una de las más elevadas, junto con el amor. Cultivar la alegría significa estar en alineación con nuestra esencia, en conexión con el universo.
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La cuestión ya no es: ¿qué tenemos que conseguir en este mundo, sino qué tenemos que hacer para que el mundo vibre?
Nuestra misión vital está ahí, lista para ser acogida en la belleza de cada momento que elegimos vivir plenamente. ¿Y si, en lugar de buscar a toda costa el sentido de nuestra existencia, aceptáramos que nuestra misión vital es estar en alegría vibratoria para poder sentir y experimentar cada momento más plenamente? Todos los momentos de nuestra vida, elegidos o impuestos, suelen ser catalizadores para reforzar nuestra conexión con nuestra vibración. Cuanto más vibramos, más experimentamos todas las dimensiones de nuestro Ser: los sentidos, las emociones, la materia, lo visible, lo invisible y todo lo que aún no conocemos.
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