Cuentos metafóricos: la joya más brillante  

El poder de la resiliencia  

Érase una vez, pero no una vez, escondido en medio de tres imponentes montañas verdes, el reino más hermoso que jamás haya existido. Todo viajero que pasaba por allí caía bajo el hechizo de las floridas praderas, los árboles centenarios que daban su sombra para reposar admirando el lujoso castillo de cristal enclavado en la montaña.

cuentos metafóricos: ¡el poder de la resiliencia!

Este magnífico castillo resplandecía con el amor y la alegría que brillaban en su interior. La reina había dado a luz a su primera hija. Venus fue el nombre elegido para celebrar su extraordinaria belleza y así desearle una vida llena de prosperidad y abundancia. El rey y la reina celebraron su nacimiento durante 40 días y 40 noches; su bebé era la joya más brillante de la corona. Venus creció rodeada de amor y alegría, pero todo cielo tiene nubes. Desde que nació la heredera, la tierra se había ido secando y escaseaban los alimentos para alimentar a todo el pueblo. Responsable y generoso, el rey anunció su marcha a un reino cercano para buscar una solución que volviera a traer la abundancia. Venus, de 6 años, vio cómo su padre se marchaba y se alejaba por los prados, que ya no eran tan verdes y florecientes. Le habían dicho que tenía que contar 21 noches y él volvería. Ella sabía contar, iba a jugar, divertirse y en poco tiempo él volvería. Su madre, la reina, era una mujer muy guapa, joven y enérgica, y se lo pasaban muy bien juntas.

Por las noches, cuando más echaba de menos a su padre, su madre le contaba todas las aventuras que ya había vivido el rey, y él siempre había salido triunfante. Así que se dormía tranquila.

Venus había contado con precisión, habían pasado los 21 días y su padre seguía sin aparecer. Empezó a preocuparse, pero todos le aseguraron que volvería pronto. Pasó el tiempo y, desde lo alto de su castillo, seguía sin ver aparecer la silueta de su padre en el horizonte. Se fijó en que su madre sonreía cada vez menos, su cara había cambiado, como si alguien le hubiera dibujado una línea vertical en medio de las cejas que no parecía que pudiera ser borrada… Parecía que incluso el castillo había cambiado, el cristal parecía más opaco y denso que antes, los pasillos más silenciosos.

El tiempo parecía ir cada vez más lento para Venus, que sentía un gran pesar en el corazón, como si una roca se hubiera instalado allí. 42, 63 y 84 días… No sabía cuánto tiempo había pasado ya y además su madre se pasaba todo el tiempo durmiendo en su habitación…

Nada era como antes: los campesinos se pasaban el día sentados a las puertas del castillo, pidiendo limosna, y los campos ya no tenían los colores del arcoíris… Todo había cambiado, todo era más gris, más denso, más triste…

Los días, los meses y los años pasaron muy lentamente hasta que todo el reino se durmió de forma mágica. Ni un ruido. Venus era la única que se despertaba cada mañana, pero la tristeza también se había apoderado de ella y ya no brillaba.

Una mañana como otra cualquiera, pero no como cualquier otra, oyó un ruido al despertarse, Bzzzzzzzz… Bzzzzzzz ¿Qué era ese zumbido? ¡Era tan intenso, tan fuerte! Venus abrió los ojos y se dirigió hacia la ventana de su dormitorio. La abrió y vio un gran enjambre de abejas volando alrededor. Parecían intentar comunicarse con ella, mirándola como si quisieran decirle algo. Venus no hablaba el lenguaje de las abejas y, por tanto, no entendía el mensaje. Las abejas nunca se fueron, el enjambre se hizo cada vez más grande, los campos florecieron de nuevo, la lluvia encontró el camino de vuelta al reino y poco a poco todo volvió a la vida, cada árbol, cada flor, cada corazón. Todo volvió a brillar, por dentro y por fuera. Su padre, el rey, nunca volvió, pero la vida sí lo hizo.

¿Y tú?
¿Cómo afrontas las pruebas y dificultades de la vida?

¿Has sufrido algún acontecimiento difícil en tu infancia?

¿Has crecido sin uno de tus padres?

¿Estaba alguno de tus padres enfermo o desempleado?  

¿Cómo afrontabas tus miedos cuando eras pequeño/a? 

¿Quién acudió en tu ayuda cuando las cosas iban mal? 

¿Qué estrategias ha puesto en funcionamiento para hacer frente a la situación?

A día de hoy, ¿has dejado atrás tu pasado?  

¿Qué traerías a tu presente?

¿Has aprendido a ser tu propio padre/madre, a cuidar de ti mismo?

¿Cuidas de tu niño interior? ¿Jugabas a diario?

Si te gustan los cuentos metafóricos, echa un vistazo a esta historia terapéutica Claro como el cristal

Egle Pombeiro

Escrito por Egle Pombeiro Soy una frecuencia vibratoria que abre la posibilidad de cambio para guiarte más allá de la mente hacia tu verdadero Ser. Te acojo donde estás, y juntos crearemos un camino hacia la liberación de tus males/palabras, la resignificación de tus experiencias pasadas para que habitar plenamente tu cuerpo y tu corazón en el momento presente sea posible. Descubre tu esencia, tu autoridad interior, ¡tu «sí» a la Vida! Este es sin duda el camino menos transitado, hecho de alternancias entre el viejo yo y el nuevo yo, accesible a aquellos que están dispuestos a cuestionar sus certezas y creencias, abiertos a la deconstrucción, al descondicionamiento, de la familia, de la sociedad y de tu ego. Utilizaré los recursos de mi caja de herramientas como y cuando sea necesario: ejercicios psicológicos corporales, liberación de estrés y traumas, prácticas sistémicas, arteterapia, Diseño Humano y mi propia vibración y experiencia estarán a tu servicio para guiar la exploración de tus territorios interiores con amabilidad y respeto.

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