El poder de las historias: leer para sanar

¿Por qué leer estas historias terapéuticas? El poder de las historias

No podemos hablar del poder de las historias sin mencionar a Carl Jung, quien estableció los arquetipos del inconsciente, nuestras vivencias asimiladas por nuestro sistema nervioso.
Cuando leemos un relato o vemos una película, podemos identificarnos con el héroe o sus compañeros. Estamos allí, con el corazón en la mano, viviendo sus aventuras. Esto desata reacciones en nuestro interior, se agitan las emociones, nos traen recuerdos de algunos momentos de nuestra vida… Nos identificamos y, a través de ellos, podemos conseguir aquello que resulta tan difícil de lograr en nuestra vida real… Las historias sacan a la luz personajes internos de cada uno y nos dan acceso a facetas de nosotros mismos que hemos olvidado, o que aún no han tenido la oportunidad de salir a la superficie. Es aquí donde las historias se convierten en una herramienta terapéutica.
La idea del poder curativo de la palabra está realmente presente en la cultura amerindia y sudamericana. Contar historias de manera oral es fundamental en las tradiciones chamánicas.
Joseph Campbell ha dedicado su carrera al estudio del poder de las historias y ha estructurado y “occidentalizado” los elementos de los cuentos tradicionales. Ha denominado a este proceso de uso universal como “la búsqueda del héroe”.

¿Por qué es importante contar historias o nuestra historia? Contar para sanar, ese es el objetivo. Renda Dionne, psicóloga clínica amerindia, dice, “a través de las historias llegamos a comprendernos a nosotros mismos y a los otros. Conocer la historia de alguien que ha sufrido una tragedia o un trauma es a veces el único alivio que le guiará hacia el camino de la recuperación.”

Es tan importante compartir tu historia como escuchar las de los demás. Las historias nos permiten reflexionar sobre nosotros mismos sin sentirnos en el punto de mira, pueden ser una auténtica palanca de cambio y una verdadera herramienta terapéutica.

En el movimiento humanista de Rudolf Steiner, la creación de historias a partir de hechos de la vida y de la imaginación es una parte esencial del desarrollo individual. En las escuelas con pedagogía Waldorf, los niños aprenden a contar historias, utilizando objetos como punto de partida e inspirándose en la naturaleza y el entorno que les rodea.
En mis sesiones terapéuticas, los clientes siempre acaban contando la historia de su vida, eso que yo llamo la mitología personal. Mediante la creación de personajes, objetos simbólicos y situaciones… Tener la posibilidad de escribir su propia historia, vivir a través del héroe (el protagonista) retos que nos sacan de nuestra zona de confort, acceder a nuestro potencial a través de nuestro avatar, nombrar nuestros miedos, dolores, traumas, nos permite observarnos a nosotros mismos de una manera nueva e iniciar nuestra transformación/transmutación individual.
Sin ninguna duda, estas historias son poderosas. Utilizando las historias como camino hacia el yo, cada persona puede identificar su papel en su propia existencia y empezar a entender y ver su vida bajo una luz diferente.