
Mi vida desde que soy madre
Mis primeros meses como madre: cómo nuestro bebé cambió nuestras vidas
Hace poco más de un año, el 19 de enero de 2024 a las 14.17 horas, tuve el encuentro más maravilloso de mi vida.
Después de un embarazo que había transcurrido perfectamente (lo cual no quiere decir que no nos preocupáramos en cada ecografía, cruzando siempre los dedos para que todo saliera bien), empezó a subirme la tensión y empecé a hincharme. Ese mismo día tenía una revisión prevista, y la ginecóloga me había advertido de que quizá tuviera que quedarme en el hospital. Pero la pequeña Lía tenía otros planes. Se dijo a sí misma: «Si tengo que salir, salgo». «Un parto exprés», dijo la comadrona. Tuve mucha suerte de tener un parto tan bonito y natural, a cuatro patas, sin epidural… Como una leona, di a luz a nuestro bebé. Descubre cómo la maternidad cambió nuestras vidas.

¿La llegada de un bebé cambia tu vida?
Aquí no hay sorpresa, la respuesta es sí, a partir de ese momento, nuestras vidas cambiaron.
Mi móvil está lleno de fotos del bebé, pero afortunadamente son de ella jugando, paseando, etc. Es mejor que las primeras semanas, cuando estaba lleno de… ¡fotos de caca de bebé! (LOL)
No me había preparado para ser madre. No sabía realmente qué esperar, así que decidí dejar que sucediera y ver qué pasaba. Lo mismo me ocurrió al dar a luz. Echando la vista atrás, creo que este enfoque me ayudó, porque no puedes planificarlo, nunca sabes cómo va a suceder. Me dije a mí misma: «¡Go with the flow!» Una buena iniciativa que debería aplicar más a menudo en mi vida.
A los dos minutos de nacer, Lía ya estaba en mi pecho… ¡y no lo ha dejado desde entonces! No había decidido de antemano si quería darle el pecho o no. Me dije: «Veré lo que pasa. Si es demasiado duro, lo dejaré, pero si va bien, ¿por qué no?»
Un pequeño inciso: ¡la lactancia materna es todo un tema! No sé si mi experiencia habría sido diferente si hubiera sabido más sobre ella de antemano, pero una cosa es segura: es un auténtico regalo de mamá a bebé. No siempre es fácil, y ni siquiera hablo del dolor físico (¡porque si añades eso, ni te cuento!). Hablo sobre todo de la carga mental.
No sé si es igual para todos los bebés, pero tengo la impresión de que sí. Después de hablar con otras madres lactantes, me di cuenta de que existe un vínculo mágico entre la madre y el bebé, pero también una enorme dependencia… que a veces me pesaba. Como persona a la que le gusta hacer muchas cosas, me resultaba difícil encontrarme a menudo sentada en algún sitio dando el pecho. En las primeras semanas/meses, das el pecho mucho, día y noche. ¡Es literalmente la actividad principal!
Hoy, con poco más de un año, Lía toma pecho muy poco durante el día, pero por la noche… ¡sigue siendo un tema! Le encanta estar cerca de mí y necesita el pecho para dormirse. Pero bueno, todo puede cambiar, nada es estático; desde hace unas noches, por ejemplo, Lía empieza adormirse sola cuando se despierta, así que ¿quién sabe? Quizás esta etapa esté a punto de cambiar también.
Creo que hay dos temas realmente interesantes que explorar durante la maternidad: la lactancia materna y el sueño del bebé.

La maternidad y sus contradicciones: encontrar el equilibrio
La maternidad es un mundo de contradicciones.
Quieres que tu bebé duerma solo… pero una vez dormido, miras fotos suyas y te mueres por tocarle la manita (¡a riesgo de despertarle, claro!).
Quieres pasar mucho tiempo con tu bebé, pero también quieres trabajar, salir con tus amigas, hacer deporte, retomar tu relación…
Creo que este equilibrio es una parte integral de la maternidad: navegar entre una cosa y su contraria, pero sobre todo, dejar de lado el sentimiento de culpa. Todo es cuestión de equilibrio. Para ser una madre realizada, primero tienes que ser una mujer realizada. Dedicarte tiempo a ti misma es esencial.
La vida en pareja después de tener un bebé
La pareja también cambia con la llegada de un bebé, y no siempre es fácil. Hay más responsabilidades, a veces un reparto desigual de las tareas, y a menudo una carga mental más pesada para la madre.
En nuestro caso, ésa es mi sensación. Aunque claro, ¡no estamos en la cabeza del otro! Pero es cierto que, mirando a mi alrededor, veo que la carga mental pesa más en las mujeres que en los hombres. ¿Es una cuestión de hábitos, creencias…?
Por ejemplo, a la hora de comer. El hecho de ser mujer no significa que tengas un gen especial para planificar los menús de toda la familia, ¿verdad? Sin embargo, a menudo tengo la impresión de que esta responsabilidad recae naturalmente sobre nosotras. ¿Qué opinas tú?
Creo que la carga mental merece un artículo aparte.
En cualquier caso, cuando se está en pareja, a veces se produce el famoso «baby clash». Estamos cansados, ocupados, un poco nerviosos, es el terreno ideal para empezar una pelea… así que mi único consejo sería: paciencia, comunicación y ser amable el uno con el otro. Recordar que nos queremos, que somos un equipo y que queremos lo mejor para nuestro bebé. Dos son más fuertes que uno, así que es mejor trabajar juntos que dividirse y actuar cada uno por su lado. No siempre es fácil en la práctica, pero intentemos mantener la calma. También en nuestro caso, desde que Lía se hizo más independiente, sobre todo a partir de los 10 meses, cuando cada vez necesitaba menos estar conmigo y al pecho durante el día, su papá también ha conseguido adoptar un papel más activo con ella y no duda en cuidarla solo, jugar con ella, sacarla a pasear y pasar más tiempo juntos ellos dos solos.

Lo que aprendí al convertirme en madre
¡Aparece un superpoder!
Aunque duermas poco, aguantas. Y sorprendentemente, mejor que papá (ellos no tienen ese superpoder… 🤭).
Darle tiempo.
Tu bebé caminará cuando esté preparado, comerá trozos cuando le apetezca… ¡Todo ocurre en el momento adecuado para él! (Bueno, admito que sigo esperando con impaciencia la fase en la que el bebé duerma toda la noche. Espero que eso también llegue de forma natural).
Confía en tus instintos.
A menudo sabemos en el fondo qué es lo mejor para nuestro bebé y nuestra familia. Pero a veces nos abruman los consejos de otras personas y acabamos dudando. Como se suele decir: la opinión de los demás es para la vida de los demás…
Rodéate bien.
Ya sea tu +1, tu familia o tus amigas, tener una pequeña tribu que te apoye y te ayude es esencial.
En abril, Egle y yo haremos el Human Design de Lía. Aunque todavía es muy pequeña (14 meses), me parece fascinante. Conocer su forma innata de funcionar y comunicarse, sus puntos fuertes y débiles, nos ayudará a responder mejor a sus necesidades y a apoyarla en su aprendizaje y educación. ¿El objetivo? Respetar su verdadera naturaleza y ayudarla a ser fiel a sí misma.
Quiero que mi hija sea completamente feliz, en toda su singularidad y forma de ser. 💛
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