¿Qué comer en verano para sentirse bien?

Los pequeños problemas del verano y sus causas

El calor extremo, la sudoración en exceso y la actividad física intensa pueden provocar una profunda deshidratación del organismo. A esto hay que añadir las formas de cocción que implican calor, como la barbacoa, que pueden hacer que aumente mucho la temperatura corporal. ¡Ojo! No estamos hablando de la temperatura de los alimentos en grados, sino del efecto térmico en nuestro organismo una vez han sido ingeridos y en proceso de digestión.

La importancia de una buena hidratación en verano

Por ello, la deshidratación causada por el calor puede provocar cansancio y dolor de cabeza, además de afectar al corazón al provocar hipertensión arterial y aceleración del ritmo cardíaco, sobre todo si se consume alcohol.

La deshidratación también puede maltratar nuestro intestino delgado y provocar estreñimiento, que se agrava al beber o comer alimentos demasiado fríos, o incluso congelados. El frío puede producir un choque en nuestro tracto digestivo, al enfriar el bolo alimenticio e interrumpir el proceso de digestión. Esto puede provocar estreñimiento, hinchazón, gases… No es precisamente lo que deseamos para un verano festivo, ¿verdad?

También conviene señalar que el exceso de verduras crudas (crudités) puede irritar el tracto digestivo de algunas personas. Por no hablar de que hay que limitar los alimentos poco saludables, como los embutidos, las salchichas, los fritos y las galletas saladas. Suelen ser grasos, indigestos y demasiado salados, lo que no ayuda a combatir la deshidratación.

¿Qué se debe comer en verano para estar en forma?

Si te gusta el marisco y el pescado, no te prives de comerlos en verano. A la plancha son una auténtica delicia. El pescado es rico en proteínas y ácidos grasos esenciales. Además, son más fáciles de digerir que la carne, que es más grasa.

Es recomendable que en pleno verano elijamos los alimentos tibios o frescos. Elige frutas y verduras de temporada como las cerezas, los frutos rojos, la sandía, los albaricoques, los melocotones, los melones, los tomates, los calabacines, las flores de calabacín, el pepino, la berenjena…

No olvides incluir tomates en tus recetas. Contienen mucha agua, oligoelementos, minerales y antioxidantes. Si pasas el verano en la playa, son un aliado para ponerte morena. Los tomates también protegen la piel de las quemaduras solares (¡pero no sustituyen una protección solar adecuada!) y mejoran el cutis.

También podemos guiarnos por el color de los alimentos. El color del verano es el rojo, los alimentos de esta tonalidad aportan todo lo que nuestro cuerpo necesita, ya sean frutas, verduras u otros alimentos como la langosta o el cangrejo.

En la cocina, limita las cocciones fuertes de las barbacoas y opta por métodos más suaves. Elige alimentos templados o fríos, pero no demasiado fríos. Por último, equilibra las verduras curdas y cocidas, y pela las verduras difíciles de digerir si eres propensa a sufrir molestias digestivas. 

Recomendaciones para una buena hidratación en verano

El agua es tu principal aliada, sea la estación que sea. En verano, tu cuerpo necesita más. Se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, y no esperar a tener sed para hacerlo. Bebe pequeñas cantidades con regularidad. Por ejemplo, cada dos horas.

Puedes añadir unas gotas de limón al agua, o bien hojas de menta o canela en rama, para variar el sabor. ¡Descubre todas nuestras ideas para aguas aromatizadas aquí!

Las infusiones frías y el té verde son unas opciones excelentes para ir tomando a sorbos a lo largo del día. El método es sencillo:

Coge una jarra grande y añade una cucharada sopera de té. Cúbrelo con agua templada y mete la jarra en la nevera para que infusione en frío. Al cabo de unas 5 o 6 horas tendrás un delicioso té helado para disfrutar.

El proceso es similar en las infusiones. Pon las hierbas que tengas en la jarra, cubre con agua y déjalo enfriar.

Para servir, utiliza un colador pequeño para verter el té helado directamente en los vasos.

Puedes utilizar flores de lavanda ecológicas, verbena recién recogida del jardín, rodajas de naranja ecológica, albaricoques, fresas, menta, cerezas, frambuesas… ¡lo que más te apetezca!

Las bebidas con gas son especialmente populares en verano porque refrescan. Sin embargo, no son tan hidratantes. Alivian temporalmente la sed, y por eso siempre queremos beber más. Además, pueden provocar hinchazón.

Tips :

¡La sandía es lo mejor! Está compuesta por un 90% de agua, y tiene propiedades antioxidantes, previniendo las quemaduras solares. Pero no reemplaza a tu mejor crema solar…