Ruptura amorosa: cómo superar ese sufrimiento casi insoportable

El luto

Una separación de pareja activa los mismos procesos psicológicos que una muerte. Hay un verdadero luto por hacer pero por alguien que sigue ahí y que nos niega su presencia, su amor, su apoyo. Es vivir el rechazo y es extremamente doloroso para el ser humano. La pareja supone una ilusión permanente. Nos construimos una burbuja, con puntos de referencia que consideramos estables, proyecciones hacia el futuro. Cuando de repente todo se detiene, la vida se detiene. Nuestro mundo, nuestro equilibrio, nuestros sueños se derrumban. Supone un gran cambio para la salud mental. Y para superarlo, muchas veces, pasamos por diferentes etapas comparables a algunas que encontramos en el proceso de duelo.

En algunos casos, no se trata solo de nosotros, también puede tratarse de proyectos de vida: matrimonio, hijos, una casa juntos… Se suele hacer el duelo amoroso para muchas cosas, además de la relación..

Un terremoto para nuestra autoestima

Más allá del hecho de perder a la otra persona, también existe una cuestión de autoestima en una separación romántica: se puede tener el sentimiento de no ser digno de ser amado de nuevo, nos preguntamos qué hemos hecho para «merecer esto», nuestra moral se lleva un golpe y también nuestra autoestima.

El dolor de enfrentarse a una rehabilitación no deseada

Hay apego a la otra persona y si se va de nuestra vida se crea un vacío. Tener a alguien en tu vida, en tu día a día, es un poco como una adicción, tenemos hábitos en común, por ello, cuando una relación de pareja termina, es necesario pasar por una especie de desintoxicación de la otra persona.

¿Cómo lidiar con la ausencia?

Al principio, la ausencia del otro es difícil. La falta del otro puede ser insoportable. Con esa terrible sensación de que no podremos vivir sin él/ella. Y esa necesidad irrefrenable de llamarle, enviarle mensajes de texto o espiar sus redes sociales. Querer sentir su olor, su piel, su presencia, su mano sobre nosotros… ¡Respiremos y no nos rindamos ante estas olas devastadoras!

La primera acción es recoger

¿Qué hacer después de terminar una relación?. Por un tiempo es bueno no tener más contactos ni noticias de tu ex, para desintoxicarte, para recuperarte. Deja de lado los recuerdos, amigos comunes y almacena sus cosas. Al menos por un tiempo. Esta limpieza es importante para iniciar el proceso de destete. Imagínate, es como si estuvieras tratando de dejar de fumar y alguien estuviera siempre fumando delante de ti o pasándote cigarrillos. Después de un tiempo, te derrumbarías y volverías a probar un cigarro.

Entender por qué no funcionó

¿Por qué no funcionó entre nosotros? ¿Por qué me dejó? La pregunta a menudo persigue a los examantes. Sobre todo a los que han sido abandonados de repente, o sin explicación. Cuando no entiendes lo que pasó, el duelo es aún más difícil. Pero hay que aceptar que las explicaciones no vendrán del otro y que habrá que buscarlas en uno mismo. Trabajando sobre nosotros mismos, podemos encontrar explicaciones.

Comencemos haciéndonos algunas preguntas:

¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cuál fue el problema y qué hizo que terminara? Y también: ¿por qué estábamos juntos? Es posible que por ejemplo, ¿hubiéramos escogido una pareja que no nos convenía desde el principio? Y si fue así, ¿por qué razón?
Aprovechemos para arreglar algunas cosas que no están del todo alineadas o armonizadas de nosotros mismos. De esta manera algún día podremos agradecer esta
experiencia dolorosa de nuestras vidas. No se puede decir que se trate de un ejercicio fácil y justo, en esos momentos no pensaremos que sea algo bueno para nosotros. Pero lee esto, y ten lo claro: siempre nos sobrepondremos a esta prueba, día tras día, es la historia y el ciclo de la vida.

Quitémonos la máscara:

A menudo, cuando una relación termina, tendemos a idealizarla. Pero a priori, si se acabó es porque no funcionaba. Si creo lo contrario, ¿qué no quería ver o experimentar y quién me hizo creer esto? ¿Qué no fue correcto, auténtico y verdadero en nuestra relación? ¿Me estaba haciendo una película? ¿Me estaba mintiendo a mí mismo? ¿A mi alrededor? ¿Quería parecerme a una de mis creencias, a una imagen a la que creía que debía o quería parecerme? ¿Esta relación me permitió vivir plenamente en lo que yo era? Pero ¿realmente sé quién soy? ¡Quizás sea el momento adecuado para emprender una aventura en los caminos de nuestro ser interior!

¿Como recuperarte tras una ruptura de pareja?

Recuperarse de una separación lleva tiempo y aceptar ese tiempo necesario para la cicatrización de la herida emocional ya es algo bueno. Tómate el tiempo necesario para reconectarte contigo mismo, para apreciar estar solo.

–    Sé indulgente contigo mismo, date tiempo para sanar como cuando te haces una herida, das tiempo para que la lesión se recupere.

– Aceptar esta tristeza en la que necesariamente nos encontramos tras una separación amorosa, aceptar que estamos mal y que vamos a estar mal todavía un tiempo y no negar por lo que estamos pasando.

– Eliminar de nuestra vista todo lo que nos haga pensar en la otra persona, para no caer sobre una foto, ropa, que nos remitirá directamente a algo negativo, aunque estemos en un buen momento… sus pertenencias a un lado (o devuélveselas) ¡Tan pronto como sea posible!

– Toma conciencia del proceso de curación por el que vas a pasar, y no dudes en pedir ayuda para superar algunas etapas que son más difíciles que otras.

– No paralizarse por mucho tiempo, que poco a poco este dolor y estas emociones negativas surgen cada vez menos, que las vayamos sintiendo en algunos momentos del día, pero que no sea lo único que ocupe nuestra mente.

– Acepta todas las pequeñas cosas que harán la diferencia, y vuélvete cada vez más regular durante la semana, durante el día. Pequeñas cosas que al final nos ayudan a estar un poco menos tristes, y que de verdad cuentan: pasar un rato con una amiga, volver a pintar, un masaje, salir a correr o hacer algunas posturas de yoga… Todas esas cosas que habías dejado de lado, y que sin embargo te sientan bien, recupéralas ahora que tienes más tiempo para ti.

–  Rodearse bien, expulsa lo negativo que te rodea y mantén solo la empatía y la amabilidad. No te aísles, incluso si los momentos en solitario te hacen bien, mantente en contacto con el mundo exterior. Acepta también las manos extendidas, que te llevarán hacia nuevos caminos, aunque en este momento no te apetezca.

– Recuerda que saldrás adelante: quizás ya has sentido esta profunda tristeza tras una separación anterior, la prueba, ¡ya te has recuperado!

– Reenfócate en ti: de todos modos, no tienes otra opción, entrégate a ti misma este amor que ya no puedes darle a tu ex. Es importante aprender a quererse a uno mismo, a parte esto será primordial si algún día quieres comenzar una nueva relación amorosa de una manera más saludable…

– Vivir día tras día sin anticiparse: no intentes evitar los momentos de tristeza, acéptalos y recuerda también los momentos positivos de cada día (te sentiste un poco mejor al despertar, te reíste en la oficina con tus compañeros, dormiste mejor…). El objetivo es avanzar poco a poco, un poco cada día, ¡es un proceso de curación que no se puede hacer en un santiamén! ¿Puedes pedirle a una flor que crezca en 1 día?

– Traer un soplo de aire fresco a tu vida: aprende cosas nuevas, mueve muebles, cambia la decoración de tu interior, cambia tu peinado o color de pelo, ordena y cambia cosas en tu guardarropa, inscríbete en un deporte nuevo, comienza una actividad manual…

No dudes en acudir a un terapeuta para que te ayude a superar ciertas etapas que te parezcan demasiado largas o difíciles.